Ligadura de trompas
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     Método anticonceptivo que implica la interrupción del circuito de los óvulos hacia el útero y, por lo tanto, la anulación de la capacidad gestadora en la mujer. Es algo similar y paralelo, no idéntico, a la vasectomía masculina o interrupción del circuito por el que fluyen los esper­mato­zoides (Conducto de Epidídimo) hacia su almacenamiento natural con miras a la inseminación.
   El problema moral que plantea es si es lícita esta minimutilación, resultando difícil juzgar en abstracto, ya que depende de las intenciones, circunstancias y condiciones en las que esta acción se realiza.
   Al margen del respeto máximo a la conciencia de la protagonista o paciente de esa ligadura, se puede juzgar el hecho en sí mismo como aceptable en cuanto medio o recurso profiláctico o terapéutico, si se hace de forma libre y en uso de la propia inteligencia como reguladora de la procreación (paternidad y maternidad responsables). Pero se presenta como acción muy dudosa, si no rechazable, si sólo es recurso y expresión de una interpretación egoísta y hedonista de la pro­creación, por suponer una alteración de los procesos naturales del cuerpo en su dimensión fecundativa.
   Conviene recordar la diversidad de interpretaciones moralistas en el terreno del control de la natalidad, las cuales van desde actitudes laxas y excesivamente permisivas hasta rigorismos innecesarios y poco respetuosos para las opciones de los cónyuges.